Hora Libre
Escrito por Álvaro Belín Andrade
Escrito por Álvaro Belín Andrade
Un caos el expediente IVEA
El asunto IVEA sigue siendo una verdadera papa caliente, y no sólo en cuanto a los estudios de licenciatura; también en su vertiente de educación media superior.
La manifestación realizada este lunes por estudiantes del IVEA en la explanada de la SEV (reunión desangelada en cuanto a número, aunque ruidosa por sus propósitos descaradamente políticos), debió resultar un tiro que salió por la culata.
Quienes durante los meses anteriores no mostraron sino una sospechosa solidaridad con cómo estaban las cosas en el IVEA, sin preocuparles un cacahuate la validez legal de sus estudios, hoy salieron a la palestra no para agarrar a quien se las hizo sino a quien se las pague.
Pero el problema, según les dijo Víctor Arredondo, titular de la SEV, no es que los estudios no tengan reconocimiento.
El grave problema radica en la falta de control de las trayectorias escolares de los estudiantes por parte de cientos de planteles que, sin mediar mesura alguna, fueron habilitados por el IVEA para servir de intermediarios gananciosos en el negocio de la educación popular y masiva.Y son estos establecimientos comerciales que operan como escuelas los que deben responderle a los alumnos para regularizar su situación académica.
El secretario Arredondo dijo a los manifestantes que sólo 140 de los 510 planteles que ofrecen los cursos del IVEA han enviado a la SEV los expedientes de mil 500 alumnos, que representarían apenas el 5 por ciento del total de los supuestamente inscritos.
De los restantes 370 planteles no se sabe ni siquiera su ubicación, mucho menos la situación de los estudiantes y la relación de profesores y sus antecedentes académicos.
Y se supone que en ellos están inscritos los 24 mil 500 alumnos restantes, en caso de que las alegres estadísticas que manejaba Guillermo Zúñiga fueran ciertas.
Por eso les pidió que, en lugar de acudir a la SEV, exigieran sus constancias de estudio a los planteles que les ofrece los servicios, como un documento necesario para regularizar su situación.
Otro dato aportado por Arredondo a los manifestantes no hace sino helar la sangre: de los 56 centros con convenio de colaboración educativa suscritos por el IVEA, sólo se cuenta con el programa completo de la carrera de Educación para Adultos, y de los 4 mil estudiantes de la primera generación sólo se tienen expedientes de mil 500 con su concentrado de calificaciones y actas de exámenes.
¿Qué ha pasado con las restantes 21 carreras y los miles de estudiantes que creyeron en esta oferta académica? ¿Qué tiempo tomará a la SEV y al IVEA regularizar tan descomunal desorden? ¿Por qué se hablaba de beneficiar a miles cuando nunca se hizo el menor esfuerzo por dar certidumbre jurídica y académica a quienes creyeron en el proyecto?
Lo grave es que, aunque el discurso de Zúñiga manejaba este proyecto como un modelo de educación popular, lo cierto es que a los estudiantes les ha costado dinero, y no cantidades pequeñas.
Es de lamentar que esta situación compleja haya tenido su origen en el desaseado manejo que se dio a un problema social al que se le quiso sacar rendimiento político.
Y es que los damnificados poco interés despertaron en los autonombrados adalides de la educación.
En resumen, la SEV ha hecho claro que, para lograr la regularización de este intrincado problema, deberá contar con los siguientes documentos: a) la identificación formal de cada plantel donde se imparten los estudios; b) los planes y programas de estudio que supuestamente se imparten; c) el registro escolar de cada uno de los alumnos inscritos, con su correspondiente trayectoria escolar acreditada, y d) la documentación probatoria del perfil académico del personal docente, que avale su grado y la preparación requerida.
Y es que en este último tema, sabemos que en algunas ciudades del estado donde –por convenio con el IVEA- algunos planteles fueron sede de licenciaturas (a cambio de una jugosa ganancia, sin control de ninguna instancia legalmente constituida para ello), resulta que uno o dos maestros se hacían cargo de dar todas las asignaturas de los programas en que había alumnos, lo que constituye una flagrante falta de probidad académica.
Ojalá, para bien de los estudiantes, pronto se logre deshacer la madeja, aunque seguramente pasará un buen tiempo.
La manifestación realizada este lunes por estudiantes del IVEA en la explanada de la SEV (reunión desangelada en cuanto a número, aunque ruidosa por sus propósitos descaradamente políticos), debió resultar un tiro que salió por la culata.
Quienes durante los meses anteriores no mostraron sino una sospechosa solidaridad con cómo estaban las cosas en el IVEA, sin preocuparles un cacahuate la validez legal de sus estudios, hoy salieron a la palestra no para agarrar a quien se las hizo sino a quien se las pague.
Pero el problema, según les dijo Víctor Arredondo, titular de la SEV, no es que los estudios no tengan reconocimiento.
El grave problema radica en la falta de control de las trayectorias escolares de los estudiantes por parte de cientos de planteles que, sin mediar mesura alguna, fueron habilitados por el IVEA para servir de intermediarios gananciosos en el negocio de la educación popular y masiva.Y son estos establecimientos comerciales que operan como escuelas los que deben responderle a los alumnos para regularizar su situación académica.
El secretario Arredondo dijo a los manifestantes que sólo 140 de los 510 planteles que ofrecen los cursos del IVEA han enviado a la SEV los expedientes de mil 500 alumnos, que representarían apenas el 5 por ciento del total de los supuestamente inscritos.
De los restantes 370 planteles no se sabe ni siquiera su ubicación, mucho menos la situación de los estudiantes y la relación de profesores y sus antecedentes académicos.
Y se supone que en ellos están inscritos los 24 mil 500 alumnos restantes, en caso de que las alegres estadísticas que manejaba Guillermo Zúñiga fueran ciertas.
Por eso les pidió que, en lugar de acudir a la SEV, exigieran sus constancias de estudio a los planteles que les ofrece los servicios, como un documento necesario para regularizar su situación.
Otro dato aportado por Arredondo a los manifestantes no hace sino helar la sangre: de los 56 centros con convenio de colaboración educativa suscritos por el IVEA, sólo se cuenta con el programa completo de la carrera de Educación para Adultos, y de los 4 mil estudiantes de la primera generación sólo se tienen expedientes de mil 500 con su concentrado de calificaciones y actas de exámenes.
¿Qué ha pasado con las restantes 21 carreras y los miles de estudiantes que creyeron en esta oferta académica? ¿Qué tiempo tomará a la SEV y al IVEA regularizar tan descomunal desorden? ¿Por qué se hablaba de beneficiar a miles cuando nunca se hizo el menor esfuerzo por dar certidumbre jurídica y académica a quienes creyeron en el proyecto?
Lo grave es que, aunque el discurso de Zúñiga manejaba este proyecto como un modelo de educación popular, lo cierto es que a los estudiantes les ha costado dinero, y no cantidades pequeñas.
Es de lamentar que esta situación compleja haya tenido su origen en el desaseado manejo que se dio a un problema social al que se le quiso sacar rendimiento político.
Y es que los damnificados poco interés despertaron en los autonombrados adalides de la educación.
En resumen, la SEV ha hecho claro que, para lograr la regularización de este intrincado problema, deberá contar con los siguientes documentos: a) la identificación formal de cada plantel donde se imparten los estudios; b) los planes y programas de estudio que supuestamente se imparten; c) el registro escolar de cada uno de los alumnos inscritos, con su correspondiente trayectoria escolar acreditada, y d) la documentación probatoria del perfil académico del personal docente, que avale su grado y la preparación requerida.
Y es que en este último tema, sabemos que en algunas ciudades del estado donde –por convenio con el IVEA- algunos planteles fueron sede de licenciaturas (a cambio de una jugosa ganancia, sin control de ninguna instancia legalmente constituida para ello), resulta que uno o dos maestros se hacían cargo de dar todas las asignaturas de los programas en que había alumnos, lo que constituye una flagrante falta de probidad académica.
Ojalá, para bien de los estudiantes, pronto se logre deshacer la madeja, aunque seguramente pasará un buen tiempo.
2 comentarios:
HOLA LA NETA ESTA MUY INTERESANTE TU ARTICULO, A MI ME INTERESA ESTUDIAR EN EL IVEA SOLO QUE TENGO MUCHAS DUDAS PORQUE E ENCONTRADO MUCHOS ARTICULOS COMO EL TUYO SOBRE SOBRE LA DUDOSA PROCEDENCIA DE ESTA INSTITUCION, SI ALGUIEN ME PUEDE RESPONDER ESTA PREGUNTA.
¿ES O NO ES UNA INSTITUCION RESPALDADA POR LA SEP? POR FAVOR DIGANME LA VERDAD ESTOY A PUNTO DE PARTIR A VERACRUZ PARA ESTUDIAR EN EL IVEA
hola creo ke ese tipo de instituciones donde no existe una formacion academica real en practica y teoria, creo ke es una burla para los estudiantes y personas ke van a recibir la atencion de estas personas,en un futuro imagina ke una de sus enfermeras me atendiera sin el conocimiento y la practica necesaria yo creo ke no es el hecho de dar papeles asi omo asi estetipo de personas algunos van a estar atendiendo vidas, y si no estan bien preparados van a cometer aitrogenias y creo ke no es justo para nadie, hay ke fortalecer ala universiad veracruzana y hacer la oferta academica mas grande,no crear puertas falsas y otorgar documentacion a personas ke no estan bien preparadas para desempeñar actividades de mucha responsabilidad eso es aparte de politicas es la alidad humana lo ke esta en juego,
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